"I noticed the grass, I noticed the hills, I noticed the highways, I noticed the dirt road; I noticed the car rows in the parking lot. I noticed the ticket takers, noticed the cash and the checks and credit cards, I noticed the buses, noticed mourners, I noticed their children in red dresses, I noticed the entrance sign, noticed retreat houses, noticed blue and yellow flagsNoticed the devotees, their trucks and buses, guards in khaki uniforms,I noticed the crowds, noticed misty skies, noticed the all –pervading smiles and empty eyes –I noticed the pillows, coloured red and yellow, square pillows round and round –I noticed the Tori gate, passers-through bowing, a parade of men and women in formal dress 

Noticed the procession, noticed the bagpipe, drums, horns, noticed high silk head crowns and saffron robes, noticed the three piece suits,I noticed the palanquin, an umbrella, the stupa painted with jewels the Colours of the four directions –Amber for generosity, green for karmic works,I noticed the white for Buddha, red for the heart –Thirteen worlds on the stupa hat, noticed the bell handle and umbrella, the empty head of the white cement bell - Noticed the corpse to be set in the head of the bell –Noticed the monks chanting, horn plaint in our ears, smoke rising from astep the firebrick empty bells –Noticed the crowds quiet, noticed the Chilean poet, noticed a rainbow,I noticed the guru was dead,I noticed his teacher bare breasted watching the corpse burn in the stupa,Noticed morning students sad cross legged before their books, chanting devotional mantra’s, Gesturing mysterious fingers, bells and brass thunderbolts in their hands,I noticed flames rising above flags and wires and umbrellas and painted orange poles,I noticed, I noticed the sky, noticed the sun, a rainbow around the sun, light misty clouds drifting over the sun 

I noticed my own heart beating, breath passing through my nostrilsMy feet walking, eyes seeing,I've noticed smoke above the corpse, I've noticed fired monumentsI noticed the path downhill, I've noticed the crowd moving toward the busesI noticed food, lettuce salad, I noticed the teacher was absent,I noticed my friends, I've noticed our car, I've noticed the blue Volvo,I've noticed a young boy hold my hand. Our key in the motel door, I noticed a dark room, I noticed a dream and forgot, noticed oranges lemons and caviar at breakfast,I noticed the highway, sleepiness, homework thoughts, the boy’s nippled chest in the breeze as the car rolled down hillsides past green woods to the water. I noticed the sea, I noticed the music - I wanted to dance.

                                                           "Allen Ginsberg; "On the Cremation of Chogyam Thungpa Vidyadhara" (1987)

Solo le pido
a mis piernas
que respiren
hondo
antes de entrar
a la espesura
de tu pelo.

Abajo de las sabanas,
se esconden se esconden los secretos
que dejamos plantados
en ese arcon de madera,
antes de quedar a la deriva
entre mares tristes
y soles muertos.

Sin esos tres suspiros
que pasaron como días,
el sol habría terminado
por quemarse vivo y explotar,

y la luna se hubiera hundido
en los lamentos de un vaso
sin fondo,
lleno de mierdas.

" Busco en mis memorias un tren

que marche al ocaso de mis pensamientos

y me lleve de vuelta al amanecer de mis sentidos. "

Peleé miles de guerras
por países
que existieron
solo en tu cabeza.

Y hoy,
que me encuentro
abatido
por tus palabras;
veo amanecer tus ojos a
este nuevo mundo.

Juegos de Fonetica de un Miercoles a la Mañana y si el Titulo de ayer no es Largo, la verdad No sé.

Como sonrisas malévolas
se desparraman los vasos
sanguíneos de tu cuerpo
por las paredes,
y los ojos se vuelven
blancos sobre sus órbitas.

Quemando neuronas en platos
vacíos y calientes,
nos damos a conocer
como la generación de
los 1990-perdidos.

Tus ojos y tus piernas, como cortinas
se cerraron para tapar las luces
del amanecer de la medioalba.

Probablemente sea todo un sueño,
y solo podemos despertarnos cuando
nos sacudimos violentamente
a nosotros mismos.

Pero eso no importa,
porque probablemente
superé a diez-y-seís hombres
para cerrar esos ojos

y no me arrepiento ni me acuerdo.

Corriendo a la madriguera del conejo
blanco y peludo
y vestido de vértigo,
me frenó un sauce y me dijo
no te necesito nada.
Así que sigo corriendo,
para bajar por el agujero
y decirte esa noticia.

Persiguiendo sueños al pedo
se fueron abalanzando
como garras y picos hambrientos
los pedazos de mi vida.

Probablemente sea por Valencia,
Ciudad de Héroes,
donde podamos perdernos algún día.

Una ciudad donde hay una pared,
una pared blanca como el arte
del mediterraneo.
Dice algo escrito hace mucho tiempo
en lapiz labial y sombras de amantes.

En Valencia hay una pared,
justo al lado de la estación de
trenes, del lado oeste de los andenes.
En esa pared dice algo sobre
Trenes llenos, y probablemente
el resto de tu vida.

Seis galeones romanos
navegan en los surcos
de mi memoria,
esperando llegar a
las costas de tus ojos
y desembarcar
a sus vikingos furiosos.

Si creiste haber visto
el vacio en los ojos
de un cordero esperando
a la cruz,
seguramente perdiste
minutos de tu vida
tratando de entender
a la vida misma-

Si me pierdo en el desierto
de tus muslos
no me odies,
solo soy un humano
sediento y borracho.

Probablemente dos sonrisas
sean el equivalente a una vida
o dos o cuatro.

Si es así,
ruego a los sueños
que compartan alegrías,
mientras miro a la gente
tirarse por el borde.

El frío se despierta con ansias
pasando el tercer puente,
mientras cuatro mujeres esperan
con piedras en las manos.

Una patada a la nuca,
probablemente,
el vacío de una caída
y de dos arroyos zumbantes.

Como dije, frío.
Son tal vez curvas
(como las de tu cuerpo),
de las que no vamos
a poder salir.

Sinceras mentiras
corren entre los maizales
de nuestras infancias perdidas.

Tus ojos azules
gritan al cielo
y lo único que sale
de tu boca,

son burbujas.

Con las piernas muertas
seguís esperando el día,
que las espaldas de esos chabones
dejen de taparte el cielo de tu cuarto,
para ver el techo y las estrellas,
y no un montón de caras.

Saliendo desde los matorrales,
tomamos tremendas distancias
para enfrentar a los molinos,
con los corazones como escudo,
y las aspas en la mano.

Son dos mentes
atormentadas
por el odio.

Son dos
palabras
que nunca
dijimos.

Son dos
personas
perdidas
en sus
mentes.

M.e C.uesta P.ensar

Hey chica de ojos marrones,
de piernas medianamente largas.
Te acordas de esas piedras,
al lado de la vía, las que se parecían
en nuestras peleas porque fueron y eran miles.

Busco una esquina de refugio,
busco que leas esto,
necesitamos hablar.

Con piel oscura
como la luna,
uso tus filosos dientes
como almohada.

Ah, che,
te amo.