lunes, 13 de mayo de 2019

Amor al Desamor propio

Una charla, un porrito girando entre las manos. Sonrisas cómplices, miradas lastimosas, silencios incómodos entre las muletillas del "y sabes qué" y los "pero".

Un poquito de amor propio, una sonrisa que te restablezca el alma a su posición original. No es querer escuchar que te den la razón, sino el sentirse escuchado.

Quizás sea momento de soltar absolutamente todo lo del viejo mundo. Es mejor perder 4 años enteros a perder la vida tratando de recuperar algo de ese tiempo.

Por un lado, cuanta razón y ganas de seguir esa marca. Me duele un poco el alma, siento que algo está apretado y no debería ser así. Siento que las palabras Justicia y Amor, tan dichas en tu criterio de carácter, no significan lo que deberían cuando se trata de interactuar con tu presencia.

Me aprieta mas pensar en esas bolas de pelo que se bancaron lo peor de mi y seguían amando incondicionalmente. Siento que les fallé. Que me alejaron al punto de no volver y que la culpa es (sola y siempre) mía.

Pero también ese humo tiene razón. Es abrir la palma para que se vaya el polvo y se apoye una mariposa o un gorrión. Es abrir el alma y buscar el mundo una vez más.

Ojalá me perdonen si todavía me recuerdan.
Ojalá sean al menos la mitad de feliz que fui con ellos, cuando jugábamos a construir un planeta propio.
Ojalá que el tiempo les de la razón de ser. Mientras espero, el tiempo se escapa entre los dedos y las indecisiones de la vida.

Hasta que el tiempo sane la herida, los llevo en mi piel. Y cuando el día de superar esas miradas y ese "algo" que supimos construir llegue, van a seguir estando como recordatorio de que amar es puro, y no es para cualquiera.

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