domingo, 1 de abril de 2012

Vos, maldito mono evolucionado, crecido, sentado en frente a una pantalla gritando y queriendo romper la realidad que te separa a esas conversaciones on-line, porque la furia de saber que no podés gritarle a una pantalla te hace estremecer hasta los huesos, maldito mono hueco. Gritarle a la nada es de locos, no te dijeron? Estás perdido entre las olas siniestras del pelo de las mujeres, estás respirando constantemente sus aromas y después pretendés no querér vivir sin ellos, como si fueran perfumes demasiados exquisitos para tu pobre paladar.

Sos un mono, al fin y al cabo, hueco, alto, triste silencioso pelado y civilizado, pero sos un mono, y romper las pantallas no parece tan malo como el querer romper la cabeza del que pueda estar al otro lado. Pero ahí te ves, reflejado al monitor, escribiendo cosas en papeles y hojas que en realidad no existen, ilusionando dejar marcas que el cuero de la gente moderna sabe resistir, presionas y tecleás y escribis palabras huecas que nunca decís, pero que al fin y al cabo hablan por todos.

Al fin y al cabo,
somos todos monos.

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