Al fin y al cabo, solo llegamos a realizaciones medio estúpidas, que se relacionan mucho con la forma de ver las cosas y los recuerdos en las granjas, puedo decirte ahora mismo que el amor a edades tempranas, como fruto, resulta generalmente altivo y amargo, como toda fruta a destiempo.
Las lagrimas que te pueden llegar a cubrir la vista hoy en día preferís guardarlas para cuando solo te vean las paredes de tu cuarto, infames e irreducibles, de carácter fuertemente blanco y nada,
tentativamente irreal, como vos fuiste.
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