martes, 27 de marzo de 2012

Encontraba los viajes en bondi placenteros, en especial durante los otoños del Norte erradicados en esta ciudad. Si iba parado, sonreía a la gente y miraba el mundo desde la ventana, sin saber muy bien para donde ir. 
En cambio, si iba sentado, la comodidad que brindaba esa media hora de viaje se hacia parecer a los sillones más cómodos de tu living.

Sabés, el cielo nublado y tosco y terriblemente frío que viste esta mañana camino al tren, me hizo acordar a una canción medio pegajosa que habla sobre besos y esquinas. Y aunque no lo parezca,

no busco 
excusas 
para 
recordarte,
aunque
solamente
consigo que
mi cabeza
esté mareada,
y me haga
vomitar palabras
y yo 
ya 
nosé.

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