Teníamos el pelo lleno de arena,
la nariz llena de mocos
y la cabeza llena de sueños.
Y entre lagrimas parloteabamos
como un cuervo, o un mono
mientras buscábamos darle alguna explicación
al buitre viejo y roñoso que nos retaba.
La directora nos miraba y sostenía el cuchillo
manchado de rojo, mientras preguntaba por tercera vez
"Quien fue", y después de un silencio
me acuerdo que alguien parado en el mismo lugar que yo,
dijo que habia sido el.
No hay comentarios:
Publicar un comentario