sábado, 27 de noviembre de 2010

Teníamos el pelo lleno de arena,
la nariz llena de mocos
y la cabeza llena de sueños.

Y entre lagrimas parloteabamos
como un cuervo, o un mono
mientras buscábamos darle alguna explicación
al buitre viejo y roñoso que nos retaba.

La directora nos miraba y sostenía el cuchillo
manchado de rojo, mientras preguntaba por tercera vez
"Quien fue", y después de un silencio
me acuerdo que alguien parado en el mismo lugar que yo,
dijo que habia sido el.

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