lunes, 4 de octubre de 2010

Cro-de-un-Sol

Solo faltan unos pocos meses para que estalle la gran guerra. Dijo el, mientras tiraba la colilla de su armado y lo aplastaba en el piso.

Casi tanto como la vida pensó, se consume de a trechos, de a suspiros, y después, zás te pisotean y se apaga todo. En el horizonte se veía una silueta, de a momentos, contrastando contra los truenos.
Pensó en su hogar, donde quiera que este fuere, y sus tripas se revolvieron como esas cazuelas españolas, al recordar con estremecimientos esos conflictos de la infancia, pero conflictos al fín.

15 años... ¿tanto tiempo? Se miró en lo que pudo haber sido un espejo en tiempos mejores, o una cacerola. Quién sabe. Un puente que utilizaba el tren del pueblo, en un estado casi tan deprimente como el resto de su pueblo, pero con su magia aparte, como todos los de ese lugar.

Suspiros, un par de miradas más. Alguien tose al fondo del corredor. Y en el silencio: pssst, una luz que ilumina con vida propia las paredes, la cual se apaga al transmitir - o permutar - su vida al cigarrillo. Unas pitadas enclarecen su cara, y un trueno le dice que hoy va a ser una noche larga, la guerra va a empezar.

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