lunes, 4 de octubre de 2010

Un telefono gris, roto.
Una reposera flotando sobre una pileta.
Un tunel de colores bizarros.
Una pintura que no se llama arte.
Un camaleón vestido de verdugo.

¿Qué vés? ¿Qué oís?
Porqué no te rompes la cara, con el cemento, con los sonidos, con una tabla mugrienta y asquerosa.

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