Puedo escuchar charlas a lo lejos,
estando a 5 metros de mi.
Puedo vislumbrar las puertas del colegio,
mientras me trato de concentrar en otra cosa.
No puedo, todo remite a lo mismo,
a esas ansias de vomitar,
a esas ansias de purgar un cuerpo que no es mio.
Vislumbro la silueta de un auto,
pasando cerca mio.
Veo mi reflejo, y sigo caminando.
El paisaje, siempre lleno de niebla impide llegar a mi casa.
Tu casa, mi casa.
Los contrastes y colores son nauseabundos,
tanto como tu aroma.
Tropiezo con una piedra y caigo,
de narices al piso y sin poder hacer nada.
Se baja el telón,
mi memoria me
remonta a mi infancia,
al comienzo de los recreos.
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