miércoles, 11 de septiembre de 2019

Tomo Prima (0) ¦ Cap. 2

"Sobre el Amor, el Trabajo y sus Infinitas Conjugaciones"

Mis tiempos de sedentarismo me duraron lo mismo que cualquiera de los elementos descritos en el título de este capítulo. Ya fueran contemporáneos, alternados o entrelazados entre ellos, los únicos períodos donde mi cabeza le gritaba al resto de mi ser que se quedara quieto, eran cuando estaba trabajando o en una relación.

Amor. Gran terminología y recurso literario, misterio incomprensible de la naturaleza humana y creador de todo recuerdo en la mente de uno. Que es Amor? Preguntarme eso en diferentes momentos de la vida y encontrar diferentes respuestas solo re afirmaba que no había parámetro registrado que me ayudara a entender. El sacrificio desmedido e instintivo, las ansias de proteger al otro, el deseo constante de bienestar sea cual sea su camino. Cada vez me acercaba más a una respuesta lógica que encerrara todo eso que alguna vez había sentido. Quizás el amor no sea ese recurso novelezco, ni esa idea cinematográfica de perdurar en el tiempo. Sino, esos momentos donde el tiempo deja de ser el recurso más importante en la vida de uno y simplemente se logra ser. Eso nos permite comprender y valorar lo visto y experimentado.

Tuve mis errores como todo Icaro, y más de una vez me vi obligado a trepar roto de vuelta hasta la cueva a relamer heridas y hacer las modificaciones que creía necesarias. Y nuevamente al vacío existencial de responder esa pregunta. De amalgarme a personas para aprender a sentir qué sentía el otro lado de mi. De endurecer mis posturas hasta que la colision era inminente. De tomar la culpa como si fuera una birra helada, y no querer compartirla.

Después del Amor, lógicamente, viene esa segunda emoción básica. La tristeza. En su disfraz de what if. De recriminar errores. De machacar Krunches internos hasta que quedaran solo pocos de pie, ya demasiado cansados para seguir empuñando garrotes metafísicos.

Luego, el silencio.

Las piedras tienen una forma curiosa de caer al agua. Como si ella las esperara, abre la palma de su mano, la ataja y suelta un beso en forma de "plop". Ese microsegundo luego del plop es el silencio. Y dura solo eso. Aquí vi dos caminos: ver la piedra hundirse, o ver esa superficie generando algo nuevo, único.

Y si eso es el amor? La onda que choca contra otra onda y juntas crean otra cosa mejor? La sumatoria de aprendizajes como valores en una tabla que bien podríamos llamar vida.

Y si eso es el amor, hay que seguir aprendiendo. Hay que seguir creando. Y cuanto más lejos, quizás más grande llegue esa onda a donde solíamos caer. Y cuando menos lo esperemos, quizás ese eco vuelva en forma de enseñanzas de quienes nos supieron lastimar o curar y el tiempo dejó a un lado.

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Trabajo. En una cafetería. De 7 a 17. Digno. Viajo en tren. Tengo un Franco a la semana. Vos estás para más. Tengo mi sueldito. Vos podrías ser gerente. Apuntá alto. Vos podrías ser dueño del local. Dueño de una cadena. Dueño de una multinacional.

Tengo un laburo nuevo. Vendo seguros. 9 a 18hs. Dos francos por semana. Progreso. El mundo corporativo es de quienes quieran tomarlo por el culo. Sin dudar. Sin medir. Solo llegar. Telemarketing. Ejecutivo de cuentas. PAS. Bróker asociado. Bróker asociado con muchos Krunches confundidos abajo mio, trabajando de Lunes a Viernes, de 9 a 18hs. Progresando.

Gastronomía. Pasión de pocos. Vida de locos. Un Franco y medio a la semana, dos con suerte. Martes a Domingo, 20 a 05hs. A contramano del tiempo como lo conocen todos. A contratiempo de las manos que manejan los hilos. Servicio. Cocina. Servicio. Cocina. Deberías ser chef. Deberían hacerte Gerente del Salón. Deberías tener tu propio restaurant.

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Semaforo Amarillo. El estudio estuvo presente casi siempre. De hecho, lo sigue estando. Quizás es poco ortodoxo el medio, pero uno nunca deja de aprender si eso es lo que quiere.

La progresión laboral aplicó en diferentes ámbitos. Las ganas de quedarse quieto y ser "eso" que todos ven en vos. El posible líder, el buen jefe, el ser humano.

Sus combinaciones son meramente lo mismo. Supongamos el movimiento de la piedra cayendo al agua. Pero en lugar del agua. Hay arena. Y es caer fuerte. Para dejar una huella que no pueda ser igualada. Para dejar una marca que siempre sea extrañada. El amor a lo que uno hace. Hace el amor a uno.

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Con eso, el Hartazgo en la Mente se convierte en una línea tensa, en una plomada del tamaño de un yunque, que lastra todo lo antedicho y genera una ola capaz de tapar la mano que suelta esa piedra (léase "Vida").

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