lunes, 30 de septiembre de 2019

Cartas para los Amantes

Después de una noche de fiesta, música, sensaciones de libertad y eternidad en una sola vida, de reír hasta llorar y de que el cielo llore de la risa también, me encontré revisando ahí entre los proyectos caídos y los recuerdos que aceleran el corazón.

Cosas que aceleran en mi pecho y me hacen querer pensarme y repensarme para forjar un mundo nuevo. Leer a mis antiguos yo y querer decirles que todo está bien, que de alguna forma salimos de ese naufragio en alta mar y ahora tocamos algo de tierra. Pero no quiero decirles que la isla está desierta y es toda para nosotros. No quiero que corran desesperados y prendan fuego la poca madera que tenemos. Ni que consuman las provisiones que el alma va guardando en los rincones del cuerpo, en la punta de los dedos (sensación eléctrica de cuando tu pelo se enredaba en ellos y los dejábamos bailar un vals sin piernas)

Y hoy, en la isla, llueve. Y como si no fueras menos (nunca) me desperté pensando en que ese cielo se parecía a tu mirada. Y eso, curiosamente, trajo paz a mis yos del pasado.

Creo haberlo dicho alguna vez pero no estoy seguro. Y estoy seguro de haberlo pensado mil veces más de las que lo he dicho. Qué boludo que fui. Qué ignorante e inmaduro. Qué facilidad para estropear los recuerdos que tenías colgados en la cabecera de tu cama o en el techo de un viejo living, por no saber cómo hacer para estar acompañado.

Una vez más siento que tengo que pedir perdón. Pero por otra parte, aunque cause Males, siento que este camino no podría haber sido mejor y realmente, que ahorré mucho más del dolor que fui causando.

Miro a la isla gris y me dijo que si no te espero, no va a haber sol. Pero también dice que si lo hago, el fuego va a quemar las pocas maderas que quedaron.

Y las necesito, para sacudirme el frío del alma.
De esa alma, que aunque lo intente, nunca deja de hablar de ella (como si misma o como vos y lo que logras en mi) ni de relacionar todo con ella.

De caminar por piedras y saberse herido, es alegría pura. Es sentirme vivo.

Espero con toda esta alma mojada y fría que tengo, que la madera no te falte a ti tampoco. Que la calidez de tus actos se conviertan en faro. Así cuando termine la balsa, pueda encontrar el camino.

"
Sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito
"

______________________

Ojos oscuros como la noche que nos vio nacer. Fuiste la segunda isla del archipiélago que me hizo náufrago. Fuiste la locura de una vida acelerada y fuiste la mejor comparación entre el amor y el combustible espacial.

Fuiste una explosión de estrellas y cielos chocando con las pasiones de un ave pequeña. Fuiste el rayo que sacudió las montañas y quebró mis ideales más de una vez.

Fuiste y sos una locura diferente a la de todos los días. Y seas en Garin o en Bahía, sos de las mejores.

A ti también, tormenta de siglos pasados, gracias y perdón. Perdón y gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario