martes, 7 de febrero de 2012

En pocas ocasiones la claridad del agua del arroyo en el bosque me permite ver tranquilas reflexiones sobre la humanidad y tus ojos. Vi una realidad qué, como tus parpados, se cerraron al mundo y a la vista del resto. Cómo el agua y la humanidad, las corrientes del tiempo tuvieron sus subidas, pero es la pequeña y monumental realidad y condición humana la de romper el equilibrio, y es el día de hoy que mientras alguien viaja en el bondi pensando en los arboles abajo del sol, la realidad mundial azota tus oídos, y la catástrofe que representamos nosotros alguna vez, reaparece adentro tuyo.

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