Entre las sombras más escurridizas del fondo del abismo se encuentra una sonrisa. Una sonrisa que tenía como objetivo en la vida ser plena y puramente social, como los ojos de los peatones en las veredas de Florida, tus palabras solo sirven para quejarse de una vida lamentosa y tristemente oscura.

Las sombras son el eco de tus recuerdos, cabe aclarar, y las sonrisas no son nada más que palomas muertas sobre la vía del tren.