Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
jueves, 14 de julio de 2011
Dos tristes palabras colmaron un viaje de vuelta
a la ciudad de luces desamparadas.
Una mujer caminando por la vereda,
un hombre llorando dentro de un trén.
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