Hoy soñamos que todos
somos protagonistas de una obra
de teatro.
Y entre botellas rotas y ceniceros llenos,
nos damos cuenta de que el telón no va a subir.
Entonces nos reímos como locos,
hasta que la pava grita sus últimas gotas,
y los mates se pudren en una alacena.
Solo entonces,
corremos el bondi.
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