jueves, 30 de septiembre de 2010

De Tormentos y Macumbas

Sombras que arremeten contra el portón, contra la puerta,
contra su cara. Esas sombras que lo marcaron en su infancia
volvieron, todo desde esa noche.

Caminar, respirar, caminar un poco más. Prender un
cigarrillo, hacer silencio, escuchar el ruido del silencio.
Tormentoso y tortuoso silencio. Recordar recuerdos imaginados,
cosas obvias que no son obvias. Y ahí está.. una canasta. Una
simple canasta.

Dos velas, tres velas, una manzana, cuatro monedas. Un
cigarrillo, largo, rubio. Y un grito ahogado. No lo toqués, me dijo.
Te va a hacer mal. Pero a quien le importa. Prendo un cigarrillo,
descarto cenizas arriba de esa cabeza de cerdo. Mirandome.
Mirandose. Mirando-Nos.

Blup! Blup! Blup! resonante en mi oído. Victima del pánico,
de sombras, de ruidos sordos. De alguna forma me hacen llegar
a casa, me saluda el chofer y se ríe. Blanco. Negro. Mi cama.

Soñar, correr, respirar, gritar, alguien parado al lado mio.
No habla, no hablo, solo miramos. Solo vemos. Vuelven las
ansias, la culpa, el miedo. Lentamente mis pulsaciones
ensordecen el resto. ¡Plup Plup Plup! Todo de una.

Antes de reaccionar, parpadeás, y se hace de día. De vuelta.

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