Nunca dimos la cara
Para decir todo lo que sentimos
Y aún así nos ofendemos
Cúando nadie dice nada.
Y si nos refugiamos de (o dentro)
De la tormenta de la frustración
Encontramos que la verdad
No es más que la mentira propia
Y todo se va
Despacito
Como los golpes
En la rodilla.
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