martes, 2 de abril de 2013

Vientos de Arabia

Sonreís mientras el agua te moja los zapatos y caminas mirándome a los ojos.
Tu cuarto es un desastre y por eso preferimos ir al río, caminando 600 u 8 cuadras y frenando cada tanto.
Llegamos a ver el amanecer y mientras tu cabeza se pinta de color violeta por el sol, me abrazas y quiero no perder ese momento.
Los locos estan destinados a cosas únicas, decías, flasheras. Y yo.te daba la razónmientras la lluvia nos hacía correr hasta tu casa.
Desde Martínez a Saavedra y de vuelta por el mismo camino hasta Tigre y tu cuarto era un quilombo, era asqueroso. Había ropa en todos lados y el colchón estaba en el piso porque sino grita.
Tu espalda se retuerce mientras nos perdemos en un cuarto oscuro a las 7 o 9 de la mañana hasta las 3 y decidimos que ir a trabajar no vale la pena. Nos quedamos ahi, marcando todos los colchones de tu casa y tomando mate.
Me decís que me tengo que quedar porque la lluvia va a volver y volvemos al piso, pero me tengo que ir.
Cierro el portón de tu casa mientras me miras con tus ojos y dientes desde la ventana (del alma, por supuesto) mientras las primeras gotas me mojan los zapatos y la camisa del trabajo.

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