Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
jueves, 13 de octubre de 2011
Si me pierdo
acariciando la seda
que parece tu pelo,
mientras los simios
corren, responden
y corresponden al
vacío de tus ojos,
sólo pido tres o cuatro
veces que me digas
lo que sabés.
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