jueves, 1 de septiembre de 2011

Poema en La Bemol
Que el reloj apuñale las 2
no significa nada,
aunque solo sienta los ojos
cansados de mirar
hacia arriba,

Puedo disponerme a cerrarlos
y sentir con mi mano
el apoyabrazo de una reposera.

Y puedo sentir
el frío en mi cara
de tu viejo inmundo
y nuevo preciado beso.

Y las caricias del agua
en tus pulmones
son precarias
y efectivas,

mientras el viento corta una mentira
-o un susurro- al medio
mis dedos, ahora fríos,
brillan en la gloria
de tu ausencia.

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