Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
viernes, 29 de julio de 2011
El silencio de dos ojos
en inmensurables pastizales
me recuerdan a la enseñanza
de un viejo obelisko.
Me subo al tren en direccion
a la gran torre con forma de cigarrillo
y espero aprender
sobre los dones del silencio
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