Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
domingo, 24 de julio de 2011
Abajo de las noches de verano
se esconden melodías y acordeones.
Mientras que en las noches de invierno,
nos escondemos en nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario