Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
martes, 14 de junio de 2011
Unos pantalones sucios, y un par de sonrisas y de ojos mirando y pensar en dos o tres amigos que nunca vimos.
Tranquilamente ajustamos el lente, y esperamos a que las vías se doblen y se conviertan en el nido de horca con el que siempre soñaste.
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