Las sonrisas de dementes se colan
entre las ventanas del tren que llega a Boulogne.
Una señora se para al lado de la via,
a ver pasar las caras
y después se tira abajo del último vagón.
A todo eso le buscas la poesía,
pero es al pedo.
Es como buscar la cualidad femenina,
en la excusa
"No sé qué decir".
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