Seguramente el lugar a donde van a parar no solo los
cigarrillos ya quemados, sino también las pequeñas
bizarrías que el fuego, la charla y el humo conllevan.
martes, 21 de septiembre de 2010
Mierda en cada palabra que escribo, asqueroso hedor a desgracia, a higado picado, con una birome que no sirve. Con un cuaderno ya lleno. Conciencia. Con ciencia de que todo está dicho. Con olor a sucio, a verguenza de plagio. De mentiras.
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