martes, 17 de agosto de 2010

Cielos de color gris oscuro, gotas que caen pesadas en mi cabeza.
Camino pensando en recordar, recordar como era esa melodía,
pero no puedo. No sale.

Sigo caminando, y llego a una esquina.
El cielo beige y carmesí,
los arboles y la libustrina de color negro.
Mientras expiro, sopla el viento; fuerte, con furia. Como ofendido en contra de los demás peatones que la dejaron de lado a la vereda.

Me acompaña de forma ritmica, al compás de ese tema que quería recordar y que ya volvi a archivar en un olvido.

Para cuando llego a destino, el cielo cambia.
El contraste deja de ser tan fuerte, y se pone celeste, con arboles verdes y pajaros que no cantan, pero tampoco conocen el silencio.

Me hago una promesa..
Prometo rendir homenaje a quién pueda explicarme una sola cosa.
En dónde estoy, a donde voy.

¿En qué estoy metido?

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