Un graffiti pintado en Tolousse, abre las puertas a aquel radicalismo que conocemos como memoria, y nos hunde en un mundo de recuerdos, sentimientos y emociones, los cuales parecen invadirnos - como la tina cuando se llena - de tristezas.
Uno puede pelearlas, pero nunca en la vida ganarles, ya que matarlas a ellas sería acabar con nuestra propia vida.
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